Hoy nos parece increible que al grito de "agua va" en Montevideo de tiraban desde las casas a la calle las heces y aguas servidas. Algún día nos daremos cuenta del disparate que es tirarlas a los cursos de agua.
El verdadero "saneamiento" es el proceso a cuyo final el que el ingeniero a cargo cargo bebe el agua que sale. Todo lo demás es tirar la caca mas lejos.
Nota en Búsqueda hoy:
Ante acusaciones del sector rural, OSE dice que solo contamina el 10% de lo registrado en el río Santa Lucía
Nº2011 - al de Marzo de 2019
La instalación de saneamiento en todo el territorio uruguayo es una
cuenta pendiente desde hace varias décadas. Si bien la red se extendió
en los últimos años, aún hay numerosas ciudades que carecen de ese
servicio. Debido a la falta de cobertura, hay zonas del país donde no se
realiza un tratamiento adecuado de los efluentes, lo que perjudica los
cursos de agua cercanos, a los que llegan altos niveles de fósforo y
nitrógeno.
El agro es uno de los sectores a los que más se acusa de contaminar el agua, sobre todo a los productores de soja por el uso de distintos pesticidas. Sin embargo, como defensa los empresarios rurales denuncian que es la falta de saneamiento la principal causa de la contaminación en los ríos, y que no es del todo justo que se los ataque cuando el Estado no realiza un correcto filtrado de las aguas en algunas partes del interior.
El saneamiento en San Ramón “es un desastre”, sostienen varios productores, que atribuyen a la falta de recursos la ausencia de filtros adecuados, que provocan el vertido de desechos directamente en el río Santa Lucía. En San Gregorio de Polanco se hizo un nuevo saneamiento, pero no hubo recursos para poner pozos de decantación, “por lo que ahora se vierte todo al río Negro”, denuncian.
La producción de soja no es inocua, admiten desde el sector agreopecuario, pero afirman que no son los únicos que contaminan, como se ha instalado en el pensamiento popular. “Respecto al saneamiento, por falta de recursos no se hacen las cosas como se debe, sobre todo las empresas”, afirmó un productor.
Consultado por Búsqueda, el presidente de OSE, Milton Machado, echó por tierra esa hipótesis y aseguró que estudios científicos y técnicos realizados en la cuenca del Santa Lucía muestran que el 80% de la contaminación es difusa. Es decir, su origen principal es la producción agropecuaria y los cultivos del suelo.
“En la misma cuenca se identificó 20% de contaminación puntual, que contempla el vertido de efluentes domésticos, industriales y frigoríficos que se da en lugares específicos. De ese porcentaje, 10% corresponde a OSE”, explicó. Según el jerarca, de la cantidad que se vuelca en ciudades como San Ramón, Fray Marcos, Casupá, Florida y la ciudad de Santa Lucía, el porcentaje de efluentes domésticos es menos del 2% del total.
En ese sentido, aseguró que ya están en marcha diferentes proyectos para mejorar las condiciones del tratamiento, lo que desembocará en un filtrado sustenable de las aguas, en el marco del Plan de Acción para la Protección del Agua en la cuenca del Santa Lucía. Delineado por el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medioambiente, en 2013 se plantearon una serie de medidas para revertir y mejorar las condiciones del vertido en el río y disminuir los aportes de nutrientes problemáticos.
Estos procesos responden a distintos niveles de filtración. Mientras que el primario solo está constituido por una reja que detiene los sólidos (un pretratamiento que se utiliza para volcar lo recogido por barométricas), en el otro extremo el tratamiento terciario remueve principalmente nitrógeno y fósforo, nutrientes que crean dificultades en los cursos de agua y embalses, que constituyen la fuente de “agua bruta” que será luego potabilizada.
Según el presidente de OSE, cuando el vertido de efluentes domésticos es de poco caudal y el río o arroyo tiene buena capacidad, con un tratamiento primario mejorado es suficiente. Por otro lado, en lugares donde hay mayor cantidad de población o donde la corriente de agua no tiene la capacidad de diluir los efleuntes que se vuelcan, se instalaron nuevos tratamientos terciarios.
Al referirse a la situación del río Santa Lucía, Machado indicó que por más que OSE mejore el tratamiento, el gran responsable de la contaminación en las aguas es la producción agropecuaria, algo que vinculó además con los “destrozos” llevados adelante en la rivera del río años atrás.
“Se taló el monte nativo, se rompieron las zonas donde están plantados los árboles que hacían de barrera natural para que los fertilizantes que se usan en el sector rural no lleguen al río. Era lo que protegía las aguas, pero lo cierto es que se usó para otros intereses, más allá de que se intensificó la producción y hoy hay una mayor utilización de químicos que se echan al río”, afirmó el jerarca.
Por eso, dijo que todas las ciudades que vuelcan al Santa Lucía van a pasar a tener saneamientos con metodología de tratamientos terciarios de aguas residuales. Por ejemplo, hasta hace poco San Ramón no contaba con saneamiento, sino que utilizaba pozos negros; por tal motivo, se comenzó a construir una obra de US$ 10 millones que se encuentra en ejecución y prevé terminarse en 2020. La idea es construir las redes con sus conexiones correspondientes y que en una primera etapa se abarque al 60% de la ciudad en la zona poblada más densamente.
En Fray Marcos, por otro lado, la obra finalizará en el correr de este año e implica también la creación de saneamiento y una planta de tratamiento desde cero, mientras que en Casupá y Florida, que tenían procesos primarios, se remodelará y mejorará el sistema. En la ciudad de Santa Lucía, por último, el proyecto para una nueva planta de tratamiento terciario ya está licitado y adjudicado, ya que la actual se encuentra en zonas que se inundan frecuentemente. Todo este paquete de obras constituye una inversión de US$ 40 millones.
“Se trabaja con el ministerio para discutir el uso de los suelos, para que industrias de toda índole, principalmente curtiembres que son las que más contaminan, incorporen tratamientos para que lo que se vuelca a los ríos sea ambientalmente sostenible”, indicó. Esa política, agregó, se lleva adelante en todo el país. Por eso, y a raíz de la instalación de la nueva planta de UPM, se pretende instalar saneamiento con tratamientos terciarios en Paso de los Toros y San Gregorio (Tacuarembó).
Consultado sobre la contaminación del río Negro, Eber Da Rosa, intendente de Tacuarembó, opinó que el mayor vertido viene desde Brasil y que no es un problema que se genere solo en el tránsito uruguayo. “No creo que el saneamiento sea el factor fundamental de la contaminación. Es verdad que el uso de algunos fertilizantes terminan en el río, pero tampoco hay tanta cantidad de hectáreas plantadas para pensar que sea lo más importante”, explicó.
En Europa no está permitido verter agua a los ríos si no tienen ese tipo de tratamiento. Sin embargo, en Uruguay no está establecido y la Dirección Nacional de Medioambiente determina si es necesario, dependiendo de la densidad de población y del caudal del curso de agua cercano a las ciudades.
“La Dinama nos exige en forma obligatoria el tratamiento terciario, por ejemplo, en Ciudad de la Costa y Maldonado o en el litoral del país, con más de 100.000 habitantes en ciudades como Artigas, Salto y Paysandú”, indicó.
Según el jerarca, en Uruguay se utilizan varios tratamientos aplicados en el primer mundo, que trascienden procesos mecánicos (como el primario) para dar paso a procesos biológicos aeróbicos y anaeróbicos de acuerdo a las distintas cuencas.
Canelones es uno de los grandes debes. Actualmente, el 85% de la población no tiene saneamiento, a pesar de que es un departamento donde viven más de 500.000 personas. Uno de los principales problemas es que es el departamento que tiene mayor cantidad de localidades dispersas y con dos o tres concentraciones importantes. En ese sentido, OSE tiene previsto instalar saneamiento en el eje de Ruta 5, que contempla La Paz, Las Piedras y Progreso, un proceso que implicará US$ 130 millones.
El agro es uno de los sectores a los que más se acusa de contaminar el agua, sobre todo a los productores de soja por el uso de distintos pesticidas. Sin embargo, como defensa los empresarios rurales denuncian que es la falta de saneamiento la principal causa de la contaminación en los ríos, y que no es del todo justo que se los ataque cuando el Estado no realiza un correcto filtrado de las aguas en algunas partes del interior.
El saneamiento en San Ramón “es un desastre”, sostienen varios productores, que atribuyen a la falta de recursos la ausencia de filtros adecuados, que provocan el vertido de desechos directamente en el río Santa Lucía. En San Gregorio de Polanco se hizo un nuevo saneamiento, pero no hubo recursos para poner pozos de decantación, “por lo que ahora se vierte todo al río Negro”, denuncian.
La producción de soja no es inocua, admiten desde el sector agreopecuario, pero afirman que no son los únicos que contaminan, como se ha instalado en el pensamiento popular. “Respecto al saneamiento, por falta de recursos no se hacen las cosas como se debe, sobre todo las empresas”, afirmó un productor.
Consultado por Búsqueda, el presidente de OSE, Milton Machado, echó por tierra esa hipótesis y aseguró que estudios científicos y técnicos realizados en la cuenca del Santa Lucía muestran que el 80% de la contaminación es difusa. Es decir, su origen principal es la producción agropecuaria y los cultivos del suelo.
“En la misma cuenca se identificó 20% de contaminación puntual, que contempla el vertido de efluentes domésticos, industriales y frigoríficos que se da en lugares específicos. De ese porcentaje, 10% corresponde a OSE”, explicó. Según el jerarca, de la cantidad que se vuelca en ciudades como San Ramón, Fray Marcos, Casupá, Florida y la ciudad de Santa Lucía, el porcentaje de efluentes domésticos es menos del 2% del total.
En ese sentido, aseguró que ya están en marcha diferentes proyectos para mejorar las condiciones del tratamiento, lo que desembocará en un filtrado sustenable de las aguas, en el marco del Plan de Acción para la Protección del Agua en la cuenca del Santa Lucía. Delineado por el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medioambiente, en 2013 se plantearon una serie de medidas para revertir y mejorar las condiciones del vertido en el río y disminuir los aportes de nutrientes problemáticos.
Nuevas obras
El tratamiento de disposición final del saneamiento no está unificado; según el lugar y la situación determinada de cada zona, el tipo de proceso que se aplica es diferente. Dónde se vierte o la capacidad de caudal que tengan los ríos y arroyos cercanos determinan si se instalará un tratamiento primario o terciario.Estos procesos responden a distintos niveles de filtración. Mientras que el primario solo está constituido por una reja que detiene los sólidos (un pretratamiento que se utiliza para volcar lo recogido por barométricas), en el otro extremo el tratamiento terciario remueve principalmente nitrógeno y fósforo, nutrientes que crean dificultades en los cursos de agua y embalses, que constituyen la fuente de “agua bruta” que será luego potabilizada.
Según el presidente de OSE, cuando el vertido de efluentes domésticos es de poco caudal y el río o arroyo tiene buena capacidad, con un tratamiento primario mejorado es suficiente. Por otro lado, en lugares donde hay mayor cantidad de población o donde la corriente de agua no tiene la capacidad de diluir los efleuntes que se vuelcan, se instalaron nuevos tratamientos terciarios.
Al referirse a la situación del río Santa Lucía, Machado indicó que por más que OSE mejore el tratamiento, el gran responsable de la contaminación en las aguas es la producción agropecuaria, algo que vinculó además con los “destrozos” llevados adelante en la rivera del río años atrás.
“Se taló el monte nativo, se rompieron las zonas donde están plantados los árboles que hacían de barrera natural para que los fertilizantes que se usan en el sector rural no lleguen al río. Era lo que protegía las aguas, pero lo cierto es que se usó para otros intereses, más allá de que se intensificó la producción y hoy hay una mayor utilización de químicos que se echan al río”, afirmó el jerarca.
Por eso, dijo que todas las ciudades que vuelcan al Santa Lucía van a pasar a tener saneamientos con metodología de tratamientos terciarios de aguas residuales. Por ejemplo, hasta hace poco San Ramón no contaba con saneamiento, sino que utilizaba pozos negros; por tal motivo, se comenzó a construir una obra de US$ 10 millones que se encuentra en ejecución y prevé terminarse en 2020. La idea es construir las redes con sus conexiones correspondientes y que en una primera etapa se abarque al 60% de la ciudad en la zona poblada más densamente.
En Fray Marcos, por otro lado, la obra finalizará en el correr de este año e implica también la creación de saneamiento y una planta de tratamiento desde cero, mientras que en Casupá y Florida, que tenían procesos primarios, se remodelará y mejorará el sistema. En la ciudad de Santa Lucía, por último, el proyecto para una nueva planta de tratamiento terciario ya está licitado y adjudicado, ya que la actual se encuentra en zonas que se inundan frecuentemente. Todo este paquete de obras constituye una inversión de US$ 40 millones.
Nivel internacional
Otra de las medidas que se tomó para combatir la contaminación en el Santa Lucía fue el cercado de Paso Severino, en Florida. De esta forma, se evita que el ganado se aproxime, dado que las heces de los animales también significaban un foco de contaminación importante para la reserva de agua de OSE que era potabilizada en la usina de Aguas Corrientes, explicó Machado.“Se trabaja con el ministerio para discutir el uso de los suelos, para que industrias de toda índole, principalmente curtiembres que son las que más contaminan, incorporen tratamientos para que lo que se vuelca a los ríos sea ambientalmente sostenible”, indicó. Esa política, agregó, se lleva adelante en todo el país. Por eso, y a raíz de la instalación de la nueva planta de UPM, se pretende instalar saneamiento con tratamientos terciarios en Paso de los Toros y San Gregorio (Tacuarembó).
Consultado sobre la contaminación del río Negro, Eber Da Rosa, intendente de Tacuarembó, opinó que el mayor vertido viene desde Brasil y que no es un problema que se genere solo en el tránsito uruguayo. “No creo que el saneamiento sea el factor fundamental de la contaminación. Es verdad que el uso de algunos fertilizantes terminan en el río, pero tampoco hay tanta cantidad de hectáreas plantadas para pensar que sea lo más importante”, explicó.
En Europa no está permitido verter agua a los ríos si no tienen ese tipo de tratamiento. Sin embargo, en Uruguay no está establecido y la Dirección Nacional de Medioambiente determina si es necesario, dependiendo de la densidad de población y del caudal del curso de agua cercano a las ciudades.
“La Dinama nos exige en forma obligatoria el tratamiento terciario, por ejemplo, en Ciudad de la Costa y Maldonado o en el litoral del país, con más de 100.000 habitantes en ciudades como Artigas, Salto y Paysandú”, indicó.
Según el jerarca, en Uruguay se utilizan varios tratamientos aplicados en el primer mundo, que trascienden procesos mecánicos (como el primario) para dar paso a procesos biológicos aeróbicos y anaeróbicos de acuerdo a las distintas cuencas.
Canelones es uno de los grandes debes. Actualmente, el 85% de la población no tiene saneamiento, a pesar de que es un departamento donde viven más de 500.000 personas. Uno de los principales problemas es que es el departamento que tiene mayor cantidad de localidades dispersas y con dos o tres concentraciones importantes. En ese sentido, OSE tiene previsto instalar saneamiento en el eje de Ruta 5, que contempla La Paz, Las Piedras y Progreso, un proceso que implicará US$ 130 millones.
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