3 de noviembre de 2009

Uruguay nuclear 2030

Paso de los Toros, 21 de setiembre de 2030, por Raúl E. Viñas (corresponsal especial).

URUGUAY NUCLEAR 2031
Hoy ya han pasado 11 años de la inauguración y puesta en marcha de “Cometa 1º“ la primera central termonuclear del Uruguay. La moderna central de 600MW ha operado sin problemas y ya hace 2 años que funciona casi al 100% de su capacidad autorizada por la Organización Internacional de Energía Atómica de 430MW. Lejos quedaron los pronósticos agoreros de los que infundadamente criticaron la ejecución de esta, la mayor obra de ingeniería realizada en Uruguay en lo que va del siglo 21, cuando algunos retrasos y sobre costos pusieron en peligro su puesta en marcha justo antes de las elecciones de 2019.

Atrás quedaron las épocas en que ante rumores de una instalación nuclear, pobladores de Paso de los Toros cortaran la Ruta 5, allá por 1991. También finalizaron las débiles discusiones de 2009, en que la propaganda oficial con el respaldo técnico de los proveedores de la tecnología, se encargó de desenmascarar los intereses de extremistas ecologistas y antipatriotas que criticaron este magno proyecto y pretendían sumergir al Uruguay en la oscuridad por falta de energía eléctrica.

Todavía hoy se recuerda aquí, con añoranza, el dorado período 2012 – 2020 en el que la construcción de esta gran obra demandó hasta 5000 obreros que con sus familias se trasladaron en masa a esta deprimida zona del territorio, que en las décadas anteriores había visto disminuir su población. Hoy las bases de las casas prefabricadas que habitaron son mudos testigos de de la que supo ser la mayor inversión en la historia del Uruguay, casi igualando el conjunto de las cuatro grandes plantas de celulosa que se han instalado desde 2005.

En total el costo de la planta termonuclear superó los 3600 millones de dólares de 2010, año en que se aprobó la construcción. Factor determinante para ello fue la seca de 2009 que demostró lo poco confiable de las fuentes renovables, impulsadas por los espurios intereses de los ecologistas y cuyo mayor exponente eran las grandes represas hidroeléctricas.

Es de destacar que casi el 15% de la inversión total de esta gran obra, mas de 500 millones de dólares, fue invertido directamente en Uruguay, principalmente en salarios y cemento Pórtland. El resto, sirvió para pagar las consultoras y el equipamiento, en especial el reactor, las grandes tuberías y los sistemas de control que no se producen localmente.

Cierto que hubo que hacer en nombre del progreso y las relaciones públicas algunas concesiones, como permitir la instalación de esos antiestéticos molinos, cuyos esqueletos afean aún el paisaje, ya que al importarse muchos modelos diferentes y aceptar la instalación de equipos recertificados, se aseguró que no se contara con repuestos, ni equipamiento para su mantenimiento en el país.

Hoy esta imponente muestra del progreso nacional emplea casi 100 técnicos e ingenieros que bajo la dirección de un grupo de 20 asesores extranjeros tienen a su cargo el funcionamiento rutinario de la central. Además, a fin de asegurar la seguridad de esta instalación estratégica y de acuerdo con las normas internacionales de prevención de amenazas terroristas, esta central cuenta con un cuerpo de guardia de 120 personas que con un alto nivel de entrenamiento, tienen a su cargo la protección de la misma en coordinación con las fuerzas de seguridad locales.

Es de destacar que a pesar de la crisis internacional del uranio enriquecido, que ha quintuplicado su precio desde la puesta en marcha de la obra, los costos de las recargas de combustible se han mantenido por debajo de los niveles internacionales. Esto se pudo lograr porque el decreto 1459/2022 autorizó la creación en la zona de la sierra de Minas de un nuevo repositorio nuclear cuya construcción reducirá sin duda los costos derivados del almacenamiento del combustible usado, y permitirá alquilar espacio en nuestro territorio a los países amigos que nos proveyeron de esta admirable tecnología .

Mientras tanto, y a la espera de que finalicen los estudios de la consultora internacional a cargo, el combustible usado se encuentra convenientemente almacenado en un predio cercano a la central. Este “Centro Provisorio de Almacenamiento” inaugurado con gran previsión en 2011 agregó al costo del proyecto solo 400 millones de dólares y convenientemente se presupuestó por separado de la gran obra de la central para eliminar las infundadas críticas de los ecologistas y hasta de algunos técnicos que unidos en su prédica retrógrada pretendían sumar los costos de la disposición de los residuos a los de la planta termonuclear.

Ya casi no se oyen críticas a la operación de este monumental centro, especialmente desde que los técnicos de la planta y dos consultoras internacionales desmintieron que las pequeñas filtraciones de líquido hacia el suelo y las napas de agua subterránea pudieran ser un riesgo para la salud. Hoy con sus grandes piscinas techadas con profundidades mayores a 30 metros y monumentales contenedores de hormigón se ha convertido en una atracción turística visible desde muchos kilómetros. Incluso dice la leyenda popular de esta despoblada zona que es posible por la noche ver, por sobre el resplandor que emana de las luces de vigilancia, luces de colores que algunos viejos supersticiosos comparan con las luces malas y la presencia de almas en pena.

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