16 de noviembre de 2020

Viajando en Pandemia

El COVID 19 ha opacado todo otro tema en este 2020. 

Más allá de los evidentes problemas para la salud por el virus, la pandemia ha producido cambios sociales y económicos siendo la actividad turística y en especial el transporte aéreo uno de los sectores más golpeados. 

Los cierres de fronteras, el natural temor a los contagios e incluso en grandes países la limitación de los traslados internos, han limitado o eliminado los viajes aéreos dejando en muy mala forma a las aerolíneas, incluso las mas importantes del mundo.

Los cierres de los paises hacen muchas veces imposible para alguien no residente ingresar a muchos de ellos, países como Uruguay no permiten el ingreso de quienes no son ciudadanos o residentes del país.

Los uruguayos, al menos hasta la fecha, estamos en una situación muy especial que nos permite el ingreso a  los países del área Schengen, que son la mayoría de los países de Europa, sin que se a necesario llevar un test negativo de COVID y en algunos casos sin tener que hacer cuarentena.  

En setiembre y por motivos familiares emprendí un viaje a Europa. 

Lo primero que se nota es que la cantidad de vuelos transatlánticos disponibles es muy reducida. La misma situación se repite con los vuelos dentro de Europa, rutas como Madrid-Paris que tenían en tiempos "normales" decenas de vuelos diarios no cuentan más que con 5 o 6 frecuencias y así las esperas en las escala pueden ser largas.

Subir al avión en Carrasco ya es una experiencia diferente, controles, distancias y la sensación de vacio que supone un aeropuerto con muy poca gente, pero al cual pudo ingresar para saludarme un amigo, es un presagio de que el viaje serña diferente a otros.

El avión en que crucé el atlántico llevaba muchos menos pasajeros que los que uno ve normalmente, al punto que tenía a mi disposición una fila de cuatro asientos vacíos. El ritual sanitario se completa al llegar al avión con el reparto de toallitas con desinfestante que son recogidads luego por el personal de la aerolínea en bolsas especiales.

Para aquel que ha viajado antes, sugiero que se olvide, al menos en la clase "turista", del conocido "Pasta o Pollo" o "Carne o Pollo" con que las azafatas invitaban a elegir la la comida, así como de la posibilidad de elegir alguna bebida o incluso la posibilidad de tomar un vino que podía ser "blanco" o "rojo".

A la hora de comer las azafatas le entregarán amablemente una bolsa de papel, dentro de la cual uno encuentra un refuerzo de un fiambre indefinido, algo de queso procesado y dos trozos de tomate. Para beber una botella de agua mineral de trescientos cincuenta centímetros cúbicos y completa el contenido un trozo de torta de chocolate, tipo brownie. Sugerencia, aunque es generalmete caro, compra algo de comer antes de salir.

Arribado a Madrid uno enfrenta un Barajas vacío, con cortas filas en los mostradores de migraciones, casi sin bares abiertos y con los Free Shops llenos de mercadería pero casi sin personal.

Después de la espera prevista, el avión a París llevaba más pasajeros y la llegada fue similar, alli si bien había más gente, se notaba que la situación no era "normal"

Ya casi saliendo del aeropuerto miro mi pasaporte y veo que no lo habían sellado para el ingreso a Europa ni en migraciones de Barajas ni de Orly. Imposible regresar al área de pasajeros, por lo que expliqué la situación a la policia que me aconsejaron conservar los pases de embarque y los tickets del equipaje para poder justificar mi ingreso a Europa.   

París sin turistas es extraño, los principales lugares con poco o nada de gente, me asombró que los pocos barcos turísticos en el Sena transitaban con veinte personas o menos a bordo. 

Mi viaje continuaba a Turquía con boletos Paris-Estambul-Paris desde el Aeropuerto Charles de Gaulle, por lo que se repitió en forma similar lo del primer vuelo, ahora mas corto.

Turquía abierta al turismo da una imagen muy diferente a París y en suscalles se escuchan muchos idiomas, en especial ruso ya que es uno de los pocos paises que reciben a turistas de Rusia.

Igualmente el número de turistas es menor a lo habitual y los vendedores del Gran Bazar o del Bazar Egipcio no tienen muchos clientes por lo que es fácil transitar esos espacios normalmente llenos de compradores extranjeros.   

Al momento de ir a Turquía el regreso a París no era problema, pero de alguna manera la situación cambió en esos días y el ingreso de pasajeros desde Turquía a Francia sólo quedó habilitado para ciudadnos y residentes de Francia.

La posibilidad de volver a Francia por unos días, antes de volver al Uruguay quedó fuera de toda consideración y en el consulado francés en Estambul me indicaron que podría tomar otro vuelo desde Estambul a París para seguir a Madrid y Montevideo sin cambiar de aeropuerto. 

Dejé pendiente el pasaje a París y compré otro al aeropuerto de Orly para el mismo día del vuelo a Montevideo. En Estambul hice el test del Corona virus, que dió negativo, para volver al Uruguay. 

Al llegar al aeropuerto de Estambul, al que sólo pueden ingresar los pasajeros, despaché el equipaje, pasé migraciones, pero al llegar a la puerta de  embarque y presentar mi pase y el pasaporte la funcionaria lo tomó y lo pasó a otro empleado de la aerolínea que me pidió que me apartara y me dijo que yo no podía subir al avión.

Yo le dije que ya había pasado migraciones y que mi equipaje ya había sido despachado. Cuando me contestó que ya habían retirado mi equipaje del avión, entendí que definitivamente no iría en ese vuelo.

La explicación fue que habían consultado a las autoridades de Orly y si me llevaban tendrían que devolverme a Turquía. No estaba permitido cambiar de vuelo como yo iba a hacerlo, porque siendo boletos diferentes debía pasar migraciones para despachar el equipaje, lo que en los hechos implicaba ingresar a territorio francés y eso no era posible desde Turquía.

Varado de nuevo en Estambul, no era posible llegar al vuelo de París a Montevideo y se hacía necesario buscar otra forma de volver. Como anécdota, la companía no ofreció ni aceptó el cambio de los boletos por lo que les estoy reclamando la parte de esos pasajes correspondiente a los impuestos y tasas que la empresa no pagó al no transportarme.

Conseguir un vuelo de retorno directo desde Turquía, comprando nuevos pasajes con casi nada de antelación fue mas caro que mis pasajes originales y me llevó a estar otros dos días en Estambul. Un segundo test de Corona virus fue necesario dado el tiempo transcurrido y pude volver vía Madrid hasta Montevideo. 

De nuevo Barajas vacío, un solo lugar donde comprar comida pagando ocho euros con cuarenta por un sandwich de jamón y doce euros por una ensalada, pero al menos estaban bien presentados y con buen gusto.

Esta vez el servicio a bordo en el vuelo Madrid - Montevideo incluía un plato caliente con opción de "pasta o pasta", unos mostacholes algo plastificados con un poco de salsa de color rojo encima, sin opción de ponerles un poco de queso.

Es posible viajar, los uruguayos, al menos hasta hoy, sómos los únicos latinoamericanos que podemos ingresar a Europa. La planificación del viaje debe ser hecha con cuidado pero por mejor que se haga, es necesario contar con a posibilidad de realizar cambios de último momento que generalmente implican gastos.

Espero que les sea de utilidad, buen viaje.



 

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