20 de febrero de 2016

EMPETROLADOS


Publicado en : http://eltelescopio.com.uy/empetrolados/

A pesar de los cambios en la matriz energética, casi el 40% de la energía que utiliza Uruguay tiene su origen en el petróleo. Los pronósticos oficiales mantienen esa proporción. ¿Cambiamos?

En estos tiempos en que un día sí y el otro también aparecen noticias sobre las exploraciones para determinar la existencia de hidrocarburos en nuestro mar territorial, conviene repasar la importancia del petróleo en nuestra matriz energética.

Para el lector desprevenido, la abundante información sobre el crecimiento de la energía eólica, podría indicar que nuestro país está dejando de lado los combustibles fósiles y abrazando las tecnologías renovables.

Eso es parcialmente cierto si analizamos solo la generación de electricidad. En esa parte de la matriz energética, se ha reducido sustancialmente la incidencia de los hidrocarburos y así en años de disponibilidad hidráulica media o alta la matriz energética del sector es renovable en más del 80 o 90%.

Esos cambios hacen que, en medio de un incremento del consumo energético, el petróleo haya reducido su participación de más del 50% hace tan solo 15 años a algo menos del 40% en 2014, el último año cuyo balance está disponible en la web de la Dirección Nacional de Energía (1)

¿De donde viene el petróleo?

Uruguay carece hasta ahora de recursos propios de petróleo, hay exploraciones en tierra, principalmente en la llamada “Cuenca Norte” y en el mar territorial, pero a la fecha no se ha hallado petróleo.

Todo el petróleo que consume Uruguay llega así al país por vía marítima. No hay oleoductos internacionales en la región y la descarga del petróleo se hace en la denominada “Boya Petrolera” ubicada frente a la costa de José Ignacio y a solo 30kmts de Punta del Este.

ANCAP tiene el monopolio de la importación y refinación del petróleo. Hasta 2005 las compras se realizaba en 13 países, el número de proveedores se redujo a 9 entre 2005 y 2010, y  se limita a solo 6 países desde 2012, de acuerdo al informe de ANCAP solicitado para este informe. De ellos Nigeria y Venezuela son los principales proveedores, conformando entre ambos más de 2 tercios de las importaciones. El resto proviene de Brasil, Angola, Reino Unido y Yemen.

¿Cuánto petróleo utilizamos?

El volumen medio importado anualmente es de  2 millones de metros cúbicos o lo que es lo mismo, suficiente petróleo cada año como para rodear el Uruguay con un muro de un metro de alto y un metro de ancho.
 
Las series de datos mas largas disponibles públicamente son las de la Dirección Nacional de Energía y Tecnología Nuclear (DNETN) con información desde 1965, principalmente expresada en equivalentes energéticos y no en volumen físico.(2)

¿Cuánto cuesta el Petróleo?

Si lo vemos desde el punto de vista de la balanza comercial del país, la importación de petróleo y derivados constituye en los últimos años entre el 20 y 30% del valor de las importaciones.

Más allá de las variaciones en el volumen importado, la variación se da principalmente por los cambios en el valor del petróleo en el mercado internacional.

Si tomamos el petróleo tipo Brent que utiliza ANCAP como referencia para la fijación de los precios internos de los derivados, vemos que ha oscilado desde un tope de U$S 134 por barril en Junio de 2008 a menos de 30 dólares hoy. (3)


En el período ANCAP adquirió petróleo hasta por U$S 147 por barril en 2008 (4), lo que llevó a adquirir un seguro de precio para 2009 con un máximo de U$S 95 y mínimo de U$S 54 por barril. Ese mínimo de U$S 54 fue lo que pagó ANCAP cuando el petróleo bajó a U$S 42 en 2009.(5)

El tema de los seguros se renegoció para 2010 reduciendo las pérdidas y volvió a la palestra a fines de 2013, cuando el precio del barril oscilaba en los U$S 110.(6)  Finalmente no se tomó el nuevo seguro y  en junio de 2014 el precio comenzó a bajar hasta menos de la mitad a fines del año.

¿A dónde va el petróleo?

Del total importado, casi el 3% se gasta internamente en la refinería para la producción de los derivados que utilizamos como son el Gas Oil, las Naftas y otros.

Dejando de lado la generación de electricidad, donde el petróleo no fue significativo en los últimos años, de los derivados producidos, más del 60% se usa en el sector del transporte, casi 30% es utilizado por la industria, agro, pesca y comercio, y el 12% restante tiene por destino el sector residencial, principalmente como Gas Licuado de Petróleo (Supergas).

Es en el sector del trasporte entonces donde se consume la mayor parte del petróleo y además allí los derivados del petróleo conforman el 95% de la energía utilizada, siendo el restante 5% el resultado del uso de Etanol y Bio Diesel. (1)

Además el consumo energético del sector transporte se incrementó en casi el 60% en los últimos 10 años, como vimos casi totalmente en base a derivados del petróleo.

¿A dónde vamos en el uso del petróleo?

La lectura del documento denominado Política Energética Uruguay 2030 (7) no nos da valores específicos, pero tiene referencias a impulsar la reducción de la intensidad energética de los procesos y en el sector del transporte propone apoyar el uso del modo ferroviario, el fluvial y el colectivo de personas como formas de hacer mas eficiente a ese sector.

Mundialmente se habla del fin de la era del petróleo y son muchos los reportes que tratan el tema.(8) Casi no pasa un día sin que aparezcan novedades respecto de las energías renovables y la sustitución del petróleo.

En nuestro país, estudios privado contratados por la Dirección Nacional de Energía han definido diversos escenarios socioeconómicos (9) y en base a estos en 2014 se desarrollaron análisis prospectivos hasta 2035.(10)

En estos estudios se pronostica la casi duplicación del consumo de energía en el país y en ese escenario casi no se reduce la dependencia de los hidrocarburos que se mantienen en el orden del 40% de la demanda.


Como se aprecia en la figura, solo en el escenario para 2035 denominado “Política Consensuada” se anota una mayor incidencia del Gas Natural que llega al 5% reduciendo la porción correspondiente a los derivados del petróleo a 41%.

De cumplirse con este pronóstico, estaríamos necesitando en 2035 el doble del petróleo que importamos hoy.

Especial preocupación produce la visión del informe (10) respecto al tema del transporte, donde la penetración de la electricidad, el bio diesel y el etanol se proyecta como casi nula y se mantiene en todos los escenarios la dependencia casi total de los derivados del petróleo mientras se duplica en el período el consumo energético del sector.


¿Es sostenible ese escenario?

Sin entrar en consideraciones sobre si el petróleo necesario en los escenarios analizados pudiera ser de origen nacional, queda claro que las previsiones oficiales no nos muestran avanzando en el sentido de las energías renovables, fuera del sector eléctrico y en especial nos dejan dependientes de los hidrocarburos en el sector transporte.

Si para algo debe servir la lectura de los estudios de la Dirección Nacional de Energía es para analizar las formas de cambiar esas previsiones.

Hemos avanzado mucho en el sector eléctrico en el sentido que ese sector sea renovable. Ahora debemos de estudiar y definir una política para que el resto de los sectores del sistema energético nacional también lo sean, alejándonos de los combustibles fósiles, en especial del petróleo y enfocándonos en las tecnologías renovables para abastecerlos.

Ya algunos países, muy notablemente Dinamarca, están estableciendo políticas renovables (11) con la meta de ser para 2030 países renovables.

Esa debiera ser nuestra meta, apuntando a la sustentabilidad, y así en el caso de que se encuentren hidrocarburos explotables en nuestro territorio, podremos hacer un uso civilizado de los mismos, por ejemplo en la petroquímica, los materiales plásticos y los fertilizantes, en lugar de simplemente quemarlos en motores para ir al supermercado.


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