Se dice que es "invitado de piedra" aquel al que se participa solo porque no hay mas remedio y que en el fondo deseamos tenga algún percance y no pueda concurrir.
Varias propuestas comerciales apuntan a implantar en Uruguay la generación eléctrica con carbón.
El nombre genérico carbón incluye varios tipos de combustible que difieren en su calidad, potencial energético, cenizas y sustancias como el azufre, mercurio, arsénico, cadmio y plomo.(8)
El carbón fue el primer combustible fósil, utilizado desde comienzos de la revolución industrial. Aún hoy, su uso justifica un cuarto de la energía mundial. El 75% del consumo mundial (1) se concentra en la generación de energía eléctrica en Estados Unidos, China, India, Rusia y Japón - países con grandes reservas de carbón en sus territorios. El comercio internacional de ese mineral es inferior al 10% de su producción mundial.
Uso regional y perspectivas
El carbón es solo el 2% de la capacidad de generación eléctrica en Brasil y 3% en Argentina. Paraguay no lo utiliza. Por su parte Chile, si bien hasta 1997 generaba un tercio de su electricidad con carbón, redujo ese guarismo al 15% para 2006, con la importación de gas argentino. Posteriores problemas de abastecimiento de gas llevaron a un renacimiento de las iniciativas carboneras chilenas: mayor importación y explotación de nuevos yacimientos, como el las empresas Copec y Ultramar(2) en la Isla Riesgo, en Punta Arenas.
Planes futuros - La planificación brasileña a 2019 solo incluye una nueva planta a carbón, en Rio Grande do Sul. El gobierno prevé que, para entonces, casi se duplicará la capacidad de generación total, disminuyendo la importancia relativa del carbón.(3) La Secretaría de Energía Argentina no publica planes a largo plazo, pero solo uno de sus emprendimientos próximos (Rio Turbio, en Santa Cruz) generará 240MW con carbón.(4) El uso de carbón crecerá en Chile, pero lejos de los niveles previos a 1997.(2)
Carbón en Uruguay
Hacia mediados del siglo XIX nuestro país comenzó a importar carbón mineral para movilizar ferrocarriles, producir gas de alumbrado y, a partir de 1880, también para generar energía eléctrica para los tranvías y el servicio público de electricidad.
Desde 1920, el carbón fue sustituyéndose por combustibles derivados del petróleo. Hacia 1965 su presencia en el balance energético era inferior al 2%, desapareciendo casi totalmente para 1977.(5)
En los ’80, el crecimiento de la demanda eléctrica fue cubierto por la incorporación de la represa de Constitución (Palmar) y la paulatina disponibilidad de energía en Salto Grande.
La sequía y restricciones energéticas de 1989, que llevaron a la incorporación de la central de La Tablada en 1991, dieron lugar a que se discutiera en la entonces Dirección Nacional de Energía la posibilidad de instalar una central a carbón en Montevideo o Nueva Palmira. La idea fue descartada por la previsión de disponibilidad de gas, motivos ambientales y logísticos.
¿Planificación?
En 2006 aparecen en ámbito oficial dos análisis de situación sobre la posibilidad de generar electricidad con carbón.(6) Sin embargo, la planificación 2005-2030 solo lo incluye como un tema que debe ser estudiado en profundidad, a largo plazo, y que necesita de importantes consensos nacionales por sus consecuencias ambientales y la dependencia de combustibles importados que conlleva.
En las elecciones nacionales de 2009 la energía, en especial las iniciativas para el sector eléctrico, ocuparon secciones enteras en los programas de todos los partidos políticos. Esas publicaciones abundan en propuestas para la generación de electricidad con gas natural, gas de petróleo (GLP), biomasa, energía eólica, energía solar y eficiencia energética. El carbón no es mencionado en ninguno de los programas.
Ya en 2010, el tema de generar electricidad con carbón solo es mencionado como una “eventual incorporación” para “mediano y largo plazo” en los documentos finales de la multipartidaria que sobre el tema de energía convocara el Sr. Mujica en su carácter de Presidente Electo.
Esa comisión enfatizó la necesidad de integrar al sistema eléctrico, para 2015, los 300MW eólicos y 200Mw de biomasa previstos en la planificación 2005-2030, como mínimo. Agregó que se debía establecer “a la brevedad el cronograma de incorporación de potencia para el corto, el mediano y el largo plazo, comenzando por la incorporación de no menos de 200 MW de potencia firme”.
A pesar de su ausencia en el sistema político, los planes de gobierno y la planificación energética oficial, el tema del carbón ha aparecido reiteradamente en la prensa, relacionado a la explotación de hierro de la empresa Aratirí, al proyecto de celulosa de Copec y a la nueva conexión con Brasil en la línea Candiota-San Carlos.
Las tres propuestas referidas, fueron reseñadas por el Sr. Presidente Mujica en su alocución radial del pasado 18 de mayo, aclarando que no había sido tomada ninguna decisión al respecto, y que todos tenemos derecho a informarnos, opinar y hacer propuestas. (7)
Propuesta.
Es fácil ver que los proyectos presentados se beneficiarían de agregar a su actividad la generación de electricidad con carbón, ya que las empresas proponentes son dueñas de yacimientos y tendrán potencialmente capacidad ociosa en los fletes después de exportar ya sea el hierro como la celulosa. En el caso de las que generaran en Brasil, hoy solo tienen asegurado en el sistema brasileño el despacho de menos del 40% de su capacidad de generación.(3)
No queda tan claro el beneficio que obtiene el Uruguay, en especial si quedara contractualmente obligado a comprar la electricidad generada, independiente de la situación del consumo y del parque de generación. Paradójicamente, con una planta de 200MW, la porción de carbón en el sistema uruguayo (8%) sería superior a la de muchos países que cuentan con yacimientos propios, por ejemplo, Argentina y Brasil.
La implantación de este tipo de generación implica que se deben definir las normas ambientales aplicables, las medidas que se deberán tomar para evitar la liberación al ambiente de los subproductos de la combustión del carbón, principalmente ceniza, óxidos nitrosos, azufre y mercurio. Contar con procedimientos para el tratamiento y disposición de los residuos sólidos (cenizas) y si la planta deberá contar con tecnología de captura de CO2.
No se dispone de detalles sobre la tecnología, ni el tipo específico de planta que estas empresas proponen. Sin embargo, suponiendo 32% de eficiencia, que importen hulla bituminosa con al menos 75% de carbono y que la planta esté en condiciones de operar un 80% del tiempo, entonces, su consumo será de 900.000 toneladas anuales de carbón.(9)
El proceso generaría anualmente 2.700.000 toneladas de CO2, multiplicando efectivamente por 10 las emisiones del sector eléctrico uruguayo (10) y dejará en forma cenizas unas 250.000 toneladas que deberán ser almacenados en forma segura o utilizados de acuerdo con su composición.
Sobre este tema ha aparecido repetidamente la frase de que no se puede ser mas realista que el rey y que si, por ejemplo, Alemania usa carbón para generar electricidad, también podemos hacerlo aquí. Quizá la pregunta debiera ser si no tenemos en nuestro país otras opciones para generar electricidad con mejores resultados ambientales y económicos para el Uruguay.
La generación de electricidad no puede ser un fin en si mismo sino una forma de impulsar el desarrollo nacional.
Raúl E. Viñas
Referencias.
(1) http://rankingamerica.wordpress.com/category/energy/
(2) www.cne.cl (Política energética)
(3) www.mme.gov.br (PDE2019_03Maio2010.pdf)
(4) http://energia3.mecon.gov.ar
(5) Balance energético Nacional 1965-1995 (DNE)
(6) Carbón Mineral para la generación eléctrica (DNETN Junio 2006)
(7) www.mpp.org.uy
(8) http://www.ucsusa.org/clean_energy/coalvswind/c02c.html
(9) http://www.cleanenergyasia.net/upload/resources/file/file_255.pdf
(10) www.mvotma.gub.uy/dinama/index.php
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