15 de junio de 2018

El Contrato ente UPM y UTE es observado por el Tribunal de Cuentas.

El portal ecos.la presenta un buen resumen de las observaciones del TCR al contrato que UTE firmó con UPM en cumplimiento del documento firmado por funcionarios de Presidencia de la República con UPM, sigue el texto:  

Objeción está referida a que el gobierno eludió un proceso licitatorio al obligarse adquirir los excedentes generados por la planta.

Por cuatro votos contra tres, el Tribunal de Cuentas de la República (TCR) observó una parte del acuerdo que el Poder Ejecutivo, en representación del Estado uruguayo, firmó con UPM para la eventual inversión en nueva planta de pasta de celulosa.

La observación está referida específicamente al contrato de compra- venta suscrito entre UTE y la multinacional, por la que la empresa se obliga a adquirir la totalidad del excedente de energía eléctrica generado por la firma finlandesa en su proyectado emprendimiento de Durazno.

La objeción del organismo, apoyada por los tres ministros de la oposición y la presidenta, Susana Díaz, radica en la ausencia de un proceso licitatorio, previsto por la ley en todos los casos en que el Estado decide comprar energía a privados.

Sin embargo, el gobierno procedió a acordar la adquisición en forma directa con Cuecar SA, la razón social con la que se presenta UPM a la hora de negociar su posible segunda planta de celulosa en Uruguay.

A través de ese convenio, el Estado asumió la obligación de quedarse con el excedente energético de la pastera, por el que pagará US$ 72,50 el megawatt/hora por un período de 20 años.

Estas condiciones fueron duramente cuestionadas por la oposición política, al considerar que el precio pactado es sensiblemente superior a la realidad del mercado.

La observación del TCR será enviada a UTE junto a las recomendaciones procedimentales del organismo. Al ente se le abren dos opciones. O procura “levantar” las objeciones, que implicaría la apertura de un llamado competitivo, o sigue adelante con lo pactado con UPM.

Vale decir que el Estado le compra a la pastera el excedente de generación de la planta ubicada en Fray Bentos. En ese caso sí se cumplió con un proceso licitatorio, aunque los finlandeses fueron los únicos que ofertaron para vender energía.

La intervención del Tribunal giró exclusivamente en torno a lo referido a UTE y el acuerdo energético. El gobierno eludió enviar al organismo el contrato general, suscrito con la empresa a fines del año pasado, como marco de las negociaciones para la inversión.

Si eso hubiera sucedido, un ministro opositor dijo no tener dudas de cuál hubiera sido el resultado. “Habría sido observado desde la primera a la última letra”.

Nota publicada por el portal ecos.la

 http://ecos.la/9/actualidad/2018/06/14/24234/tribunal-de-cuentas-observo-el-acuerdo-de-compra-de-energia-a-upm/

14 de junio de 2018

Compensando lo incompensable (UPM y el Río Negro)


La firma del documento, que algunos denominan contrato, entre el gobierno uruguayo y UPM  el pasado 7 de noviembre marca un hito en la relación entre los estados y las empresas.

Seguramente en el futuro, el documento firmado podrá ser estudiado como ejemplo de la capitulación voluntaria de las potestades del estado frente a las pretensiones de una empresa para operar en su territorio. Ese documento, que incluye la jurisdicción internacional para la resolución de controversias, tiene como cláusula gatillo la denominada Decisión Final de Inversión (DFI) por parte de UPM, a partir de la cual cobran fuerza todas las disposiciones que lo integran.(1)

Entre otras cosas el documento incluye en su punto 3.2.10 (d) una cláusula por la que: “ UPM se compromete a compensar ambientalmente a ROU “

Ese concepto de compensación es el mismo que hoy le permite a una empresa contaminar en una determinada parte del mundo y pagar su culpa con la compra de algún certificado de carbono u otra medida similar en otra parte del mundo, en el entendido de que el mundo es todo uno.

El mecanismo me recuerda un poco a las “indulgencias” que en el pasado tenía la Iglesia Católica, no se perdona el pecado, pero lo exime de la pena.

Tal como entonces, se genera un mercado de pecados, en este caso ambientales, por el que se le pone precio a los componentes del ambiente y se organiza una compleja ingeniería financiera para medir la compensación y darle a los damnificados el justo valor por las pérdidas causadas.

Casi suena bien, pero antes de seguir por este camino, los invito a detener la lectura y por un momento pensar como seres pensantes que supuestamente somos.

¿Cuánto vale la pérdida de un monte nativo? ¿Cuánto por no poder pescar en un arroyo?

No faltará el economista ambiental que prontamente haga un cálculo y nos salga con una cifra en alguna moneda, pero, todos tenemos claro que esos billetes no traerán de nuevo el monte ni los peces.

Volvamos a lo de que: “ UPM se compromete a compensar ambientalmente a ROU

¿Que quiere decir eso?

Evidentemente es el reconocimiento de que la empresa contaminará, ya que de otra forma no habría nada que compensar.

Una simple definición de la compensación ambiental dice que es un conjunto de medidas y acciones  que se implementan siempre que no se puedan adoptar medidas de prevención, corrección, mitigación, recuperación y restauración eficaces.

Así, la previsión de compensaciones ambientales es un claro índice de que no podrán tomarse y ponerse en práctica medidas suficientes para evitar la contaminación del ambiente a partir de la planta.

El documento firmado nos aclara que esa “compensación ambiental” en el caso de la pretendida planta de UPM en el Río Negro se limitará a la suma de 10,5 millones de dólares a ser utilizados en el saneamiento de Paso de los Toros y Pueblo Centenario.

Sobre eso se expresó el mes pasado la Ministra De León diciendo que la empresa se comprometió por escrito a “colaborar en la limpieza, mejora y mantenimiento de los efluentes de este río” (2)

Incluso se ha dicho por parte de voceros del gobierno que se trabajará conjuntamente con UPM para mejorar “todo el ecosistema del Río Negro”.(3)Eso mientras que desde la academia se indica que los niveles de contaminantes declarados en los estudios de UPM respecto de sus efluentes son muy altos.(4)

Hoy vemos en las redes sociales que el Río Negro es más bien el “Río Verde”. Está claro que  más allá del monitoreo, no se ha tomado NINGUNA medida para mejorar esa situación.   Mientras que en el río Santa Lucia se han tomado iniciado algunas acciones de protección y prevención, nada se hace por el Río Negro.

¿Será que se espera la instalación de UPM para comenzar a trabajar y hacer ver que esa planta sirvió para mejorar el río?

Seguro que suena a teoría conspirativa, pero no hay mucha otra explicación a la inacción del estado en un tema que ha sido estudiado por la academia y que es monitoreado por el estado desde hace ya casi 10 años.(5)

Por otra parte, en una ofensiva de relaciones públicas de UPM que se ocupa especialmente de la zona donde se plantea instalar su segunda planta,la empresa pide confianza y paciencia y dice que su planta no contaminará (6).

Eso nos lleva nuevamente al tema de la compensación ambiental propuesta por UPM, compensación que no tendría sentido si no contaminara. Sobre ello hay dos interrogantes.

La primera, si es aceptable este sistema de “canje” o “compensación” en temas ambientales. Básicamente, si podemos llevar todo a pesos o dólares.

La segunda, suponiendo que fuera aceptable la “compensación”, es sobre monto acordado, que es aproximadamente lo que gana UPM de su planta de Fray Bentos en una semana, y eso como compensación por una planta a instalar en una zona franca, para procesar un producto local, por 30 años

¿Será que no es posible hacer obras o implementar procesos que mejoren el Río Negro sin los 10.5 millones de dólares que UPM ofrece por toda “compensación”?

Que se convenga por parte de autoridades nacionales que se puede compensar la contaminación de una planta que la propia empresa dice arrojará al río 45.625.000.000 litros de efluentes anualmente durante al menos 30 años con dinero dice mucho de la conciencia ambiental de las autoridades.

Que se acepte por parte de esas autoridades, que manejan presupuestos de cientos de millones de dólares anualmente, que esa compensación se limite a 10,5 millones de dólares ya es un insulto a nuestra inteligencia.

Lo que está claro es que hoy el Río Negro está contaminado, que instalar una planta de celulosa en el embalse de Baygorria no lo mejorará y que no es aceptable se pretenda compensar  con una ridícula suma de dinero la degradación ambiental que no se limita al agua sino que también debe considerarse en el aire y en el suelo.

Las medidas para mejorar el río no pueden esperar a que se instale un nuevo contaminador y además se deben transparentar todas las condiciones económicas de esa instalación.

En este punto, falta transparencia en el gobierno que mientras hace declaraciones casi propagandísticas sobre la planta de UPM en el río Negro (7) declara confidenciales los estudios que supuestamente sirven de soporte a esas afirmaciones (8)